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Una de las flores más bonitas: cómo cuidar la corona imperial

Una de las flores más bonitas: cómo cuidar la corona imperial
Una de las flores más bonitas: cómo cuidar la corona imperial

La Fritillaria imperialis, también llamada corona imperial, es una planta con flores de tonos amarillos y anaranjados. Fácil de cultivar y resistente a los factores externos, hay algunas recomendaciones sobre cuándo plantar y cómo cuidar la corona imperial que deberías considerar, si quieres obtener la mejor versión de esta especie en casa.

Si sigues los consejos de mantenimiento que vamos a ofrecerte, obtendrás unas flores realmente espectaculares. Todo gracias a esta planta perenne bulbosa de la familia de las liliáceas, que contempla muchas otras variantes.

Cómo cuidar la corona imperial

Posee la mayor parte de las ventajas de las plantas bulbosas, como tallos fuertes y gruesos. También tiene unas hojas muy resistentes, entre las cuales aparecen sus flores de colores cálidos en primavera.

Lo ideal es plantarla durante el otoño porque el ciclo de crecimiento y floración lleva aproximadamente medio año. Si lo haces de esa forma, ya al final del invierno verás cómo surgen poco a poco los primeros retoños de flores.

Sugerencias de cultivo y cuidado

Al plantarla en el jardín busca un lugar con semisombra, especialmente si donde vives los veranos son calurosos. Coloca los bulbos a 15 centímetros de profundidad, cubriéndolos con tierra y regando el suelo sin encharcar.

Una vez que la floración termine y notes que la planta se vuelve amarilla, córtala dejando los bulbos bajo tierra. Transcurridos unos meses, al acercarse la primavera, poco a poco la planta comienza a formarse de nuevo.

Por otro lado, es conveniente que cada cuatro o cinco años extraigas los bulbos y los dividas en dos.

¿Puede plantarse en una maceta?

La corona imperial es ideal para plantarla en macetas, pero tienen que ser contenedores grandes con dos bulbos. Compra o prepara un sustrato rico con turba, arena y mantillo, y asegúrate que la maceta tenga buen drenaje. Deberías esparcir un poco de arcilla o unas piedras en el fondo para que los agujeros no se tapen con la tierra.

Al optar por esta alternativa, te será mucho más fácil proteger la corona imperial de las heladas y el sol directo. Basta con que la dejes donde no esté expuesta a estos elementos, ya que no hace falta entrarla a la casa.

El riego

Si bien el riesgo es indispensable, no puedes excederte porque se trata de una planta sensible a la pudrición. Espera a que el suelo se seque completamente antes de volver a regar para evitar encharcamientos.

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